En la primera consulta, el especialista valora la mordida de tu hijo y si sus dientes han salido correctamente. A partir de una primera evaluación, si existe algún problema, se puede optar por dos tipos de tratamientos:

• Aparatos removibles (de quita y pon): Aconsejable para niños más pequeños. Se usan placas acrílicas que ayudan a corregir la mordida, expanden la arcada dentaria y desplazan los dientes mal colocados.
• Aparatos fijos o brackets: Normalmente indicados para niños que ya tienen la dentadura definitiva. Se colocan brackets metálicos, de zafiro, cerámicos, invisibles o brackets linguales en la parte inferior del diente.